Banksy no existe, son los padres

Así reza la pared de un barrio de Canido en donde estos días existe gran revuelo en torno al “caso Banksy”. Y es que al parecer, el artista inglés habría acudido al llamamiento realizado la pasada edición de las Meninas y habría plasmado en el sitio reservado para ello, una obra.

Esta acción finalizaría la emprendida la pasada edición de la Meninas de Canido, cuando se lanzó una campaña publicitaría a gran escala en la que los vecinos del barrio requerían la presencia de Banksy para adornar el barrio con una Menina de su autoría. Esta campaña fue subvencionada por 1906, y les ha valido ser galardonada en los Premios Genio .

Esto no es arte, es dinero. Es una de las muchas frases que he escuchado desde que se lanzó la campaña y ahora 7 meses después al aparecer la ansiada Menina, (son dos guardiaciviles, pero esto parece no importarle a nadie), se vuelven a repetir diversas críticas sobre todo a la ética de usar una marca comercial para promocionar el evento, etc.

Leo y escucho grandes controversias sobre si la obra es original o no, pero sobre todo si es licito o no usar a un artista como reclamo de una campaña publicitaria auspiciada por una gran marca de cerveza. Sinceramente, desde mi punto de vista, esto no deja de ser publicidad. Publicidad para un fin, que no es otro que poner en valor el barrio de Canido y el evento de las Meninas. Y si el artista hubiera cobrado o no, tampoco me parecería reprobable, al fin y al cabo Banksy vende obra a través de su “grupo de confianza” Pest Control. Y de siempre, los artistas, han aceptado encargos, ¿por qué no debiera de ser así? Imagino que el debate va más allá y quizá radica más en el espíritu primigenio del arte urbano, de moverse entre lo legal y lo ilegal, y tanto dinero involucrado, rompería ese espíritu.

La aparición de la pintura, podría ser el siguiente paso de la campaña publicitaria. ¿Habrá pagado 1906 a Banksy para que venga a pintar? ¿Es una pintura falsa realizada con el fin de relanzar la campaña? A día de hoy no lo sabemos, ya que Banksy no ha reclamado la pintura. Pero ¿saben qué?, a mí me da igual. Creo que el fin último ha sido cumplido, y es el de poner en valor el barrio, y eso a los de aquí es lo que nos gusta. Evidentemente me encantaría que la obra fuese original, ya que esto aportaría un valor añadido, ya que se convertiría en el primer Banksy de España, pero de no serlo, creo que ya ha valido de mucho. Verán, ha valido de mucho, porque ha suscitado debate y ha traído a la gente al barrio.

Ayer sin ir más lejos, al llegar de trabajar me encontré con mi madre muy afanada en explicarme quien era Banksy y que decían por ahí que eran varios, que tocaban en un grupo, que pintara el muro de Palestina… De repente un tema muy ajeno a ella como puede ser el arte urbano, se convirtió en materia de interés y durante la tarde ojeó un libro que le presté sobre el artista que para ella pasó de ser un pintaparedes, a un artista que realiza su obra en un entorno urbano y conceptualiza en torno a la política, el capitalismo y distintos valores de los tiempos actuales.

Nos fuimos a ver la afamada obra y en el tiempo que estuvimos paseando por el barrio, por lo menos 40 personas se pasaron por allí, por supuesto a hacerse el retrato de rigor junto a los amorosos guardiaciviles, cosas de esta década: sin foto, no hay experiencia, no existe.

Yo me siento contenta con estos resultados tanto con el conocimiento que pueda venir a través de este interés por el arte urbano, como por el aumento de interés por el barrio. Es cierto que seguirán surgiendo recelos en torno a que sea la publicidad de marcas comerciales las que jueguen con la imagen del artista, pero que quieren que les diga, siempre han existido mecenas, y el arte nunca ha dejado de ser un mercado más.

Veremos qué pasa los próximos días en la cuenta de instagram de Banksy y si por fortuna aparecen nuestro ya vecinos, los guardiaciviles.