Bernard Plossu en Coruña

El jueves pasado, a pesar de un catarrazo que me tenía en un estado de atascamientomocosyestarhastaelmoño, acudí como no podía ser de otra manera a la presentación que Bernard Plossuhizo en Fnac de ¡Vámonos!el trabajo que recoge sus tres viajes a México.
La presentación corrió a cargo de Manuel Vilariño, al que tuve la oportunidad de conocer en el visionado “Novos”organizado por La Fábrica en el Ágora de Coruña en noviembre de 2.012.
La charla fue ligera y encandiladora, a pesar de que Plossu estaba aquejado de una operación en un diente que le tenía mosqueado.
Siempre he tenido la ilusión de hacer uno de los maravillosos talleres que ofrecía en Cabo de Gata y que Óscar Molina tan bien organizó durante un tiempo. Pero parece que debo resignarme a asumir que ya no volvería a impartir ningún taller y que la única manera que tengo de asomarme a su obra, que tanto me fascina, son estas breves charlas y tomas de contacto.
De la firma y presentación del libro me quedo con dos frases que me parecieron muy certeras y oportunas. La primera pronunciada por Plossu, la segunda por Vilariño:

Lo mejor de la fotografía es su acto de soledad.Tenemos derecho a copiar, a ser influenciados, pero después debemos matar al padre.

Mi experiencia ante la obra de Plossu cambió cuantitativamente este jueves, ya que fue la primera vez que pude allegarme a su obra junto a él explicando y ofreciendo una revisión de su trabajo en la visita que realizó a la muestra que en estos momentos se encuentra en la Galería Vilaseco – Hauser. La última vez que había disfrutado de su obra fue en la Galería Delacroix de Tánger durante la inauguración de sus “Visiones de Marruecos” el Julio pasado, pero si ya su obra ya me fascinaba, ahora me absorbe totalmente al haber interiorizado todo su discurso.
Y con todo… me atreví a insistirle que diera un taller de nuevo en Cabo de Gata… espero que se lo piense J.