Más vale tarde que nunca… o por lo menos eso dicen. Llevaba mucho tiempo queriendo acudir a Libros Mutantes, y por fin, este año, pude hacerlo.
La feria me encantó, quizá por las ganas que tenía de pasar unos días en Madrid después que por motivos personales mi típica visita en febrero por ARCO, se truncara este año. Pero creo que lo que hizo que me encantara no fue solo la predisposición con la que partía, sino la frescura y la cercanía con la que se vive.
Acudí con amigos y al llegar toleamos con la cantidad de publicaciones y de gente (madremiaquemarabunta!). Comencé a escudriñar por las mesas, pero lo cierto es que era bastante incómodo debido a la gran acumulación de gente y al terrible calor que por lo menos este año, hizo en la feria. Así que entre esto y tanta maravilla que vislumbraba… stendhalazo, y ya no sabía a que atender. Por lo tanto, previa caña en la cafetería decidí dedicarme a «lo mío» y centrarme en las publicaciones de fotografía.
En el puesto de Dalpine, me quedé prendada del libro de Michele Tagliaferri «Grass«, y llamaron mucho mi atención «Archipiélago« de Hugo Alcol y «Edén» de Bernardita Morello, cuyo trabajo ya recordaba de la exposición , «Un cierto panorama –reciente fotografía de autor en España«, comisariada por Jesús Micó y englobada dentro de PhotoEspaña.
En el stand que la escuela Efti tenía en la feria, después de «revolver» y mirar varios libros, me quedé bastante interesada en «Maurilia» de Alessia Rollo, quizá porque no lo conocía, pero este libro, como se suele decir, me llenó el ojo.
Después de estas visitas más «institucionales» me lancé a rebuscar en la autoedición y las cosas un poco más gamberras. Es mi perdición, así que me dejó llevar mucho por el pálpito, sino, me quedaría bloqueada y no sabría que adquirir.
Donde más me paré fue en el puesto del Laboratorio de la Casa Encendida. Primeramente por amistad ya que mi amiga Carolina del Olmo, participaba con su libro «Archivos», pero lo cierto, es que aquí me quedé con otras dos publicaciones que me parecieron geniales. «I can see it coming from the edge of the roof» de Laura F. Izuzquiza y creo que mi favorito de esta feria «-3» de Blanca Valdés, un precioso libro de 20 ejemplares encuadernado a mano y de forma doble, de manera que se contrapone como un doble cuaderno.
En Fanzinant no pude evitar hacerme con el número que me faltaba de «We are the disposible Generation» un fanzine que va por 4 números y que llevo coleccionando desde que salió. Cada número se compone de 24 fotografías que Alejandro Cinque realiza en la noche madrileña con una cámara desechable. Se presentan a sangre y en ellas se puede ver a todo tipo de famosos, influencers, etc. etc.
Otra de las publicaciones que se vinieron a casa conmigo fue «El año que no pero casi» de Álvaro Samaniego para Mazo Publicaciones, que es una recopilación de álbum familiar que me resultó muy interesante por la manera que se maqueta la puesta en página en los interiores.
A modo de gamberrada deliciosa, la fotonovela «Señora» de Ángela Losa y Javier Lozano, que está realizada a partir de un archivo encontrado en la basura y cuya protagonista han bautizado como Mari Carmen. No me pude resistir a traérmelo, sobre todo porque inevitablemente me recordó a la entrañable «Amparito», artista de éxito de los vídeos de Señor Lili.
Cambiando de tercio, pasé un buen rato en el stand de Consonni, una editorial que edita textos y ensayo en torno al arte. Me parecieron muy muy interesantes las reflexiones que presentaban, pero a casa me traje «Salir de la Exposición (si es que alguna vez habíamos entrado)» de Martí Manen, en la que se tratan las formas de exposición y a las posibilidades de ésta y por lo tanto es una invitación a repensar sobre cómo el arte se conecta con la sociedad. Pinta buenísimo, ya les contaré.
Y cómo siempre hay que traerse algo lúdico, una de las mejores cosas de Libros Mutantes fue estar al ladito de la Sala Equis y el Imparcial, pero de eso… ya no voy a hablar.