Ítaca
Ítaca permanece siempre en nuestro ser más profundo, es lo que somos. Conforma nuestra existencia y devenir, nuestra topología del amor y permanencia.
En un intento de reconstrucción y búsqueda de mi propia esencia a través del espacio, comencé a fotografiar aquello que me resultaba propio e íntimo, busqué las imágenes que jalonaban mi memoria con el color y forma de la que se tiñen los recuerdos, con esa aura de confusión e idealización que acompaña todo lo que nos es grato.
Poco a poco fui reconstruyendo mi arqueología emocional a través de los lugares comunes en los que habitó mi infancia, y por los que se desarrolló mi adolescencia. Los que en mi búsqueda insaciable siempre me acompañaron retina en mano como lugar refugio, y que de una forma onírica a través de las imágenes, fueron condensando mi arraigo a la tierra; a la casa matriz, tantas veces cantada por Rosalía de Castro, en la cual nuestras huellas son las grietas en piedra del tiempo.
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