La periferia existe. Saben de sobra que ese es mi mantra, algo que repito una y otra vez con la ilusión de hacerlo realidad, y parece que finalmente se ha hecho realidad este domingo.

Si comienzo con una aseveración tan contundente esta pequeña crónica, no es ni más ni menos porque creo que el domingo sucedió algo importante, algo que muchos veníamos esperando y tratando de alentar pero que parecía que no acababa de arrancar, y de repente a golpe de termómetro y puente de julio, sin que nadie lo esperara, sucedió; se creó una comunidad y un debate unidireccional en torno a la fotografía en Galicia.

Verán, en Galicia, la periferia de la periferia, somos tendentes al minifundismo en todos los ámbitos, territorial, cultural, etc. e irremediablemente, esto nos lleva a una diseminación de la capacidad creativa de este país que está condenada a aislarse por no ser capaz de generar a su alrededor una comunidad que la aliente y sustente. Esto desde mi punto de vista, es un hándicap que se une a nuestro carácter histórico de periferia y contra el que a mayores, debemos luchar.

Es por todo esto, que hoy me siento un poquito más feliz, un poquito más ilusionada y esperanzada de que quizás, lo que ayer pasó sea la semilla que hará germinar un nuevo momento cultural en Galicia. Digo esto convencida, porque no creo que sea baladí que en un domingo de sol chirriante alrededor de una centena de personas se congregaran en una sala del A Estrada, centro periférico de Galicia, lejos del eje Coruña – Santiago – Vigo, con el único ánimo de debatir y compartir un sentir común en torno a la situación que sufre actualmente la fotografía a nivel institucional, de mercado, editorial, etc.

La jornada dejó al público asistente interesado y exhausto por igual, ya que la agenda se hizo un poco maratoniana, carácter que agudizó el gran calor presente desde primera hora.

Hubo tiempo para todo, debate, microtaller, subasta, presentación de libros,… pero sobre todo se creó un ambiente de diálogo bidireccional y de ánimo de colectividad que fue el gran éxito de la jornada.

No quiero extenderme en hacer una hoja de ruta con las conclusiones obtenidas, y ni siquiera entrar en los puntos más conflictivos del día, (sólo diré en ánimo de pataleta que: “la fotografía española SÍ está de moda, y sino; LA PONEMOS”), eso le tocará a otros. Sólo escribo esto para apelar a este sentimiento de felicidad que me invade desde ayer, y para agradecer el ingente esfuerzo realizado por Luis Díaz, Fabulatorio Editorial, Rubén Rodríguez y Xosé Lois G. Faílde por sacar adelante un día como el de ayer y dejarnos soñar que otra realidad es posible y que cosas así pueden ocurrir y ocurren.

Mención a parte se la lleva Tono Arias y Dispara, el héroe de A Estrada, el que siempre lo hace todo posible gracias a su infinita generosidad y que nunca desfallece. Tono, desde ya, te debemos mucho.

Espero que disfrutaran los que vinieron y los que no, espero que estén rabiosos de envidia y vengan a la próxima cita, (si queréis oír lo que ocurrió tenéis un podcast, aquíaquí y aquí)

A mí por mi parte, sólo me queda agradecer de corazón que me permitierais ser parte de esto y espero haber podido aportar algo, aunque fuera mínimamente desde mi humilde posición.

Hasta la próxima, sigan soñando…